martes, 4 de mayo de 2010

Ansiar...


Y en este dulce segundo, la mirada se vuelve triste y recuerda porqué todo va mal. Ahora dime cómo arreglar el mundo, o al menos dime cómo no darme cuenta de este desconcierto.

Un fondo celeste para el teatro de nuestras vidas. Celeste y lleno de sueños de algodón. Cielo, lejano y tentador. Ése que prometen sin ni si quiera haberse parada a mirarlo. A ansíarlo, así cómo lo hago yo.

Y cada deseo, cada sensación, la escondo debajo de mi cama. Y vuelvo a ponerme una nueva sonrisa. Tan creíble, que hasta yo dudo de su autenticidad. Y toda la soledad se amontona en mis manos, en mis pasos.

Just another step until I reach the door. (8)

¿Dónde está mi grito de auxilio, mi empujón hacia delante? ¿Dónde estás tú? ¿Dónde estoy yo?

Dime dónde quieres que vaya, y allí estaré.

Lo repito una y otra vez, con sólo un cruel silencio como respuesta. Todos los que miráis sin saber qué hacer, o con todo hecho, decidme, ¿qué esperan de mí?

Le doy vueltas a los momentos, buscando una solución a este difícil problema, la incertidumbre. Decidiste dejarme al margen. Triste e inútil espectadora de una vida que se derrumba, la mía.

Y tú, dulce alma agotada, estira tu brazo y pide ayuda, que mi mano llora tu ausencia.

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