domingo, 30 de mayo de 2010

Incoherencia.


¿Qué significa que algo tiene sentido o que deja de tenerlo?


Me pregunto quien será la persona que puso todas estas normas en una historia tan simple y sencilla, complicandola y haciendola más cruel de lo que debería ser. Y la imagino después, cobarde, asustada, incluso sintiendose culpable. Miró alrededor y vio lo que había hecho. Todo un mundo hecho añicos por esas palabras que escribió en alguna parte por echar el rato. Y huyó.


Pero, pobre de él, se lleva la peor parte, la culpabilidad. Ése sentimiento que te hace un nudo en el estómago y te hace apretar los puños de pura impotencia.


Lágrimas derramadas por tu culpa. Seguidores de tus palabras. Personas que niegan tal historia. Y nadie estaba allí, nadie sabía si éste era el camino correcto, nadie imaginó si quiera que no fuera así.


Huyamos. Cambiemos la trayectoria de esta vida inútil y vacía que nos han propuesto. Rompamos una historia que no está escrita, una hsitoria que nadie puede apreciar. No hay esquemas de qué clase de persona ser. ¿Por qué inventarnos nosotros algo tan estúpido?


Reivindiquemos.

lunes, 24 de mayo de 2010

¿Qué?


Una mirada que se encontró por casualidad. Un suspiro que dice todo lo que no pueden decir los labios. Una respuesta que responde a todas nuestras preguntas. Un porqué que no necesita más motivos. Un segundo que infravalora el tiempo. Un amor...

Ése sentimiento que supera todo lo vivido y le da sentido a lo más incoherente conocido jamás. Poder reír en todo momento de pura felicidad. Tocar el cielo con las manos de la ilusión. Robar un instante para invertirlo en dulces momentos. Creer que saldrá aunque la lógica diga lo contrario. Querer que así sea, porque lo necesitamos. Abandonarte a un sueño soñado demasiadas veces, que ahora te promete un mundo nuevo y único. Efímero y a la vez eterno. El retorno de una vida que dejamos apartada un segundo en el camino. La nuestra. La que se escapa cada día y la que revive cada noche. La que tenemos que vivir...

sábado, 22 de mayo de 2010

Mi pequeñita y endeble.


Cosita dulce. Única entre los nuestros. Miles de palabras que te diría sólo por ser tú. Por ver esa carita que guarda las estrellas en una sonrisa. Locuras derramadas entre pasos dados a tientas. Te abriste paso y llegaste a mi pequeño e insensible corazón. Conseguiste en un segundo hacerme olvidar porqué quería escapar para hacerme querer quedarme. Daremos mil vueltas al mundo para exprimir cada gota de él, para comprobar si los sueños nos mienten o son de verdad. Porque mereces un cielo todito para ti. Un amor que se ría de los cuentos de hadas y que los supere de todas las formas posibles.

Eres de esas personas que saben cómo hacerte reír y sentir que todo saldrá bien. De esas que no olvidas tan sólo por ser cómo es. De esas que tienen una solución a todos los problemas. De esas que jamás encontré hasta conocerte.

Y ahora sólo me queda decirte que nunca, nunca jamás, por nada ni nadie, dejarás de ser así cómo eres. Tan especial, y sencilla al mismo tiempo. Tan enamorada del amor. Espero que sepas que cuando no sepas qué hacer o cómo, sólo quiero que mires a tu lado, que allí estaré yo, para abrazarte y prometerte que todo saldrá bien, porque saldrá bien.

Te quiero. Mucho, mucho, mucho.

lunes, 10 de mayo de 2010

Insatisfacción.


No hay nada como ese sentimiento que te lleva a hacer cualquier cosa, por pequeña que sea, que quieras hacer en ese momento, que se te antoje o que necesites. Seguridad. Un solo paso y llegas a la meta, mientras otras personas se quedan sin aire y ni si quiera alcanzan a verla. Ése empujón sin necesidad. Confianza. La mejor de las oportunidades, la que coges por ti misma, con amor y deseo, con tu propio esfuerzo.

No esperar, no dudar. Olvidar esas preguntas repetidas en tu interior que no aseguran nada, e infravaloran todo, sobre todo a ti misma.

Luchando contra el espejo, contra sueños desterrados, contra sentimientos. No creer en el futuro, no creer en el amor ni en la ilusión, volver al sitio de dónde viniste. Una y otra vez.

Y ésa es una lucha que sólo puedes ganar tú, que está en tu mano y en tus actos librar. Y ése último suspiro que acompaña a la verdadera intención. Ése suspiro que se ahoga en la respiración entrecortada de un llanto sin consuelo...

domingo, 9 de mayo de 2010

Perfecta sencillez...


Y hoy me río de mí misma y de mis vanos intentos por conseguir algo que sé que no puedo obtener. Y miro por la ventana buscando sentido a mis palabras. Y lloro porque me apetece. Y escribo porque lo necesito, y esta inerte pantalla que consigue lo que se propone y entiende lo que quiero decir. Y frías sensaciones para este deseo tan real.

Paredes que guardan momentos y que recuerdan lo que nadie. Lágrimas y risas derramadas por todas partes, que sientes con sólo entrar. Y ése abrazo que siempre tiene para darme, ése que nadie sabe ofrecer. Y sueños de papel recogidos en estanterias, sol que aparece por una pequeña esquina, y que alumbra mi rostro. Y un mundo pequeño que sabe lo que quiero y me lo regala sin más, sin tener que dar nada a cambio, sin promesas ni dolorosos sentimientos. Sólo el momento y el saber que tengo un sitio dónde esconderme.

Cantando a pleno pulmón y viviendo cómo si nada. Lujuria descarada que se adueña de nosotros y nos lleva a enloquecer. Perfecto y sencillo, nada qué pedir y nada qué añorar. Todo sin remedio y nada qué obtener. Búscame allí, dónde mis sueños se esconden por todos los rincones y mis lágrimas debajo de la almohada.

Miedo perdido.


Momentos irreales, sin significado ni nombre. Sin importancia. Porque esto ya no da más. Porque yo, nosotros, no soportamos esta tensión que se adueña de todo y nos obliga a marcharnos sin decir adiós, sin mirar atrás. No os debo nada, no me debéis nada. No me preguntéis de qué hablo, no sabría explicarlo, no podría. Vuestra indiferencia y egoísmo me daña, en lo más hondo y profundo de mi ser. Palabras que arañan mi piel haciendola más fuerte. Recuerdos que no quiero recordar, por miedo a añorarlos. Deseando estar en cualquier parte, menos aquí. He dejado de tener miedo, he dejado de olvidar para poder sufrir sin remordimientos. Y mientras la música suena, las palabras salen sin más y las lágrimas se derraman por mis mejillas. Cómo un viernes cualquiera, como un día cualquiera de esta vida perdida en un mundo irreal, inventado y vano.

Cuando alguien no le teme a nada,

es que nada ama,

y si no amas nada,

¿de qué te sirve no temer nada?


sábado, 8 de mayo de 2010

Pequeña estúpida.


Correr. Siempre tú primer impulso, huir. Viento que sopla en tu contra y frena tus pasos, y sin remedio, tienes que parar y pensar. Todo mal, todo o nada. Se acabó. Tú, yo, ellos. Vacío y dolor que se apoderan de mi ser. Un profundo interior que me deja caer y se olvida de mí, arrastrandome a una soledad con demasiados porqués. Tardes encerradas en mí misma, preguntandome tantas cosas. Y respuestas sin significado, que no me dan los suficientes motivos para arreglarlo. ¿Cómo volver a empezar? ¿Cómo pedir perdón sabiendo que no hay una solución posible? Y noto cómo se desvanece poco a poco, inerte ilusión. Me desmorono, partes de mí se caen por el camino. Mis fuerzas me abandonan, mis motivos se escapan a la lógica. Gritar, llorar, olvidar. Única solución para un problema inexistente. Se olvidaron de que yo estaba aquí, me olvidé de que ellos no. Cada día. Repitiendose esta fría angustia. Dolor reflejado en ojos tristes, adolescente sufrimiento. Nítido y perfecto, el mejor entre los suyos. Palabras demasiado grandes, para pequeñas criaturas. No sé salir de aquí. No quiero si es por mi propio pie. Llévame fuera.

Vayamos juntas...

miércoles, 5 de mayo de 2010

Correr trás la ilusión...


Y esa necesidad de volar que invade nuestras almas arrastrandolas a la lujuria. Ese deseo de poder hacerlo, de creer que puedes. Esas páginas en blanco y ése mundo por vivir que grita a nuestro alrededor. Y miradas que van y vienen sin dueño ni verdad. Ilusión que sentimos en la piel y nos lleva a mirar más alto de lo que nuestros pies pueden llegar.

Y yo pido perdón. Por no poder escuchar esos gritos, por ignorar esta ilusión y dejarla caer. Por pasos que no llevan a ninguna parte, por palabras que no tienen sentido. Por un meláncolico existir que no promete nada. Por un corazón sin sentimientos y una razón sin razones. Por no querer intentarlo, por no poder.

Tú, que sabes qué hacer y cómo, escápate de esta fría indiferencia que rodea a los que todo lo han perdido, a los que olvidaron pensar antes de hablar.

Me ahogo en este vaso de agua helada, y mi orgullo no me deja pedir ayuda. Motivos ilógicos y estúpidos que abarcan todo lo hecho y por hacer. Y quiero cambiar el mundo, pero no en este momento. Y el mundo me cambia a mí. Y yo cierro los ojos y los oídos esperando quién sabe qué. Tal vez eso que te haga abrir los ojos y olvidar el silencio que envuelve esta pared de cristal.

Pierdo la inocencia y rozo la culpabilidad, sin darme a penas cuenta.

martes, 4 de mayo de 2010

Ansiar...


Y en este dulce segundo, la mirada se vuelve triste y recuerda porqué todo va mal. Ahora dime cómo arreglar el mundo, o al menos dime cómo no darme cuenta de este desconcierto.

Un fondo celeste para el teatro de nuestras vidas. Celeste y lleno de sueños de algodón. Cielo, lejano y tentador. Ése que prometen sin ni si quiera haberse parada a mirarlo. A ansíarlo, así cómo lo hago yo.

Y cada deseo, cada sensación, la escondo debajo de mi cama. Y vuelvo a ponerme una nueva sonrisa. Tan creíble, que hasta yo dudo de su autenticidad. Y toda la soledad se amontona en mis manos, en mis pasos.

Just another step until I reach the door. (8)

¿Dónde está mi grito de auxilio, mi empujón hacia delante? ¿Dónde estás tú? ¿Dónde estoy yo?

Dime dónde quieres que vaya, y allí estaré.

Lo repito una y otra vez, con sólo un cruel silencio como respuesta. Todos los que miráis sin saber qué hacer, o con todo hecho, decidme, ¿qué esperan de mí?

Le doy vueltas a los momentos, buscando una solución a este difícil problema, la incertidumbre. Decidiste dejarme al margen. Triste e inútil espectadora de una vida que se derrumba, la mía.

Y tú, dulce alma agotada, estira tu brazo y pide ayuda, que mi mano llora tu ausencia.

domingo, 2 de mayo de 2010

Triste caminar...


Caminando por un camino incierto, estúpido y único. Que no elegimos nosotros, ¿o sí?

Miro como pasos endebles e insignificantes cobran demasiada importancia. Preguntas amontanadas en todas partes, sin motivo o con demasiados. Sentimiendos cobardes y respuestas imprecisas se esconden una y otra vez, haciendo peor su aparición. Consejos inútiles para almas que necesitan vivir por sí mismas para aprender. El horizonte se vuelve confuso y más verdadero que antes, más cercano.

El viento te dirá qué hacer. Una lástima que aquí no sople con demasiada fuerza. Busco una mirada cómplice que me saque de este oscuro lugar, pero nadie es capaz de apreciarlo, ni si quiera yo misma. Mentir. A todos, no importa sobre qué. A ti misma. Y creertelo, por no sufrir, por reír. O por volver a querer reír. Cometer errores es humano, repetirlos una y otra vez, es de imbéciles. Y mi conciencia lo sabe, aunque lo niegue y reflexione.

Pero sigo caminando, hacia delante, hacia algún mejor momento vivido. Y ése camino. Dulce, triste, corto, difícil, efímero, hermoso, feliz, tuyo, ÚNICO. La vida.