sábado, 8 de mayo de 2010

Pequeña estúpida.


Correr. Siempre tú primer impulso, huir. Viento que sopla en tu contra y frena tus pasos, y sin remedio, tienes que parar y pensar. Todo mal, todo o nada. Se acabó. Tú, yo, ellos. Vacío y dolor que se apoderan de mi ser. Un profundo interior que me deja caer y se olvida de mí, arrastrandome a una soledad con demasiados porqués. Tardes encerradas en mí misma, preguntandome tantas cosas. Y respuestas sin significado, que no me dan los suficientes motivos para arreglarlo. ¿Cómo volver a empezar? ¿Cómo pedir perdón sabiendo que no hay una solución posible? Y noto cómo se desvanece poco a poco, inerte ilusión. Me desmorono, partes de mí se caen por el camino. Mis fuerzas me abandonan, mis motivos se escapan a la lógica. Gritar, llorar, olvidar. Única solución para un problema inexistente. Se olvidaron de que yo estaba aquí, me olvidé de que ellos no. Cada día. Repitiendose esta fría angustia. Dolor reflejado en ojos tristes, adolescente sufrimiento. Nítido y perfecto, el mejor entre los suyos. Palabras demasiado grandes, para pequeñas criaturas. No sé salir de aquí. No quiero si es por mi propio pie. Llévame fuera.

Vayamos juntas...

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