martes, 19 de octubre de 2010

Aprender la manera de llegar dónde estas tú.

Sus dedos acariciaban mis manos, estremeciéndome. Y mis ojos besaban los suyos, sin querer. Los latidos de su corazón se escurrían por los pliegues de mi piel. ¿No lo oyes? Mis labios ansían tus porqués. Regalame ésa sonrisa inocente, límpida; baúl de emociones. El frío no pesa entre tus sueños, y el ayer, se queda dónde está, que no moleste, que tenemos cosas que hacer. 






¿Cómo me quito estas ganas de abrazarte? 

jueves, 14 de octubre de 2010

Qué fácil que es dejarse llevar.

Hace frío. Y nubes, muchas nubes. Dame la mano, y aprieta fuerte. Déjame sentirte, déjame ser tuya y hacerte mío. Perderme en el secreto que esconden tus ojos, rozar la lujuria que guardan tus labios. Bésame. 
Las estrellas nos lo prometieron, tal vez sólo a mí, pero tus brazos tienen la forma de mi cuerpo, y mis manos encajan con las tuyas. Suspiro. 
Dulce miedo, que atenaza mis mejillas pero no detiene mis ganas. ¿Y qué importará lo demás cuando te acercas, y qué podría romper el encanto? 
Dame uno desos, con sabor a eternidad.


jueves, 7 de octubre de 2010

Una tarde de esas...



Una tarde de esas, en las que te apetece taparte, taparte mucho. Te apetece una taza de chocolate, aunque ni si quiera te guste el chocolate. Un abrazo, y manos entrelazadas. Un beso y palabras bonitas. Y risas, y miradas, complicidad. Te quieros susurrados, y más besos. Y sólo tú, tú y tus labios, tú y tus sonrisas, y las que me sacas a mí. Tú y yo.




Qué bonito sería el invierno entre tus brazos...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Un besito de esos, que saben a tarde de lluvia.





Mientras el alcohol nos hace efecto, y el humo de un cigarro se pierde entre las nubes. Mientras la gente hace demasiado ruido y tus ojos reclaman mi atención. Qué sensación tan extraña el sentir que me sobran las ganas, que me falta el tiempo y la intención, que te necesito. 
-Me apetece tanto besarte...
-¿Y por qué no lo haces?
-¿Y si desapareces?




Y mis labios se juntaron con los suyos. Y eso, que yo no quería...

martes, 5 de octubre de 2010

Dame un segundito de tu tiempo.



Por la ventana de mi habitación, entraba ésa ráfaga de aire que rozaba tus labios en aquel efímero despertar. Tus manos buscaban mi abrazo para resguardarse del frío y encontrar una forma de juntar nuestros cuerpos. Escalofríos de deseo recorrían mi espalda, mis dedos se movían solos, locos por tocarte...Sólo tus besos sonaban de ésa forma, sólo tu pelo olía así, sólo tú sacabas mis suspiros. ¿Qué tendrás escondido en los ojos, que te brillan de ésa forma?  Tú, con tus sueños y tus problemas, te cuelas entre mis sábanas y desapareces bajo mi almohada. Despiertas mis sentidos y aceleras mi pulso. Me miras, y olvido quien soy, olvido porqué estoy aquí, y me hundo en tus pupilas, desapareciendo sin querer. Hazme perder los estribos, déjame acunarme en tu hombro, que nos queda mucho por vivir, y el camino aún tiene que comenzar...