Sentada. Rodeada de miles de personas y sintiendote tan sola. Buscando algo que ni si quiera sabes que existe. Añorar un abrazo por el mero hecho de obtenerlo, de saber que está ahí. Cómo confiar en alguien cuando nadie confía realmente en ti. Y pensar, y saber que sabes y querer olvidarlo. Hacer cómo si nada. Reír, sin porqué, buscando evadirte y dejar de ser tú, para ser sólo alguien. Alguien que no quiere nada, que no necesita nada, que el estar aquí y ahora le basta para sentirse bien. Y guardar a esas ganas de volar tan lejos cómo le permitan los sueños. Ojos que no ven, corazón que no siente. Dulce ignorante, triste pecador. No sabes cómo salir pero tampoco sabes cómo has entrado. Luchas contra la imaginación, perdida entre pensamientos que no dicen nada, que no saben nada.
Se torció el camino tú ya sabes que no puedo volver..
Busco desesperadamente esos besos que hacen seguir, esas palabras susurradas que hacen desear parar el tiempo. Elegir otro camino completamente diferente pero sin perder nuestra esencia, sin cambiar el tú ni el yo, sino siendo juntos, olvidando el porqué y descubrir miles de cosas cogidos de la mano, acariciando el presente con la yema de los dedos. Tocando el futuro cómo un mundo nuevo lleno de sorpresas y pasión. Te busco a ti, a lo que eres, a que me dejes ser a mí.
Hoy no estoy para nadie, nadie está para mí.
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