sábado, 3 de julio de 2010

Cuando...


Una historia.

Viste por ahí a alguien pasar, alguien que no sabía lo que quería; pero no te diste cuenta. Cuando miras a tu alrededor no notas la presencia de los demás. Qué son para ti, sólo más gente, con más cosas qué hacer y nada que te interese. Ajenos a ti, a lo que eres y al porqué estas aquí. Cuando paseas por la calle, sin hacer nada, eres sólo tú. Lo que ven por fuera y nada más, lo que eres de lo pies a la cabeza, sin importar lo demás, pasando por alto tu mirada perdida, tus puños cerrados y tus sueños rotos, pasando por alto tus ojos alegres, tu sonrisa torcida y tus claros sentimientos. Cuando paseas por la calle, sin hacer nada, deseas saber más de lo que sabes, deseas descifrar todo lo que hay a tu alrededor. Miras a la gente, con detenimiento, intentando localizar su angustia o su felicidad, buscando su diferencia entre el resto. Queriendo mostrar la tuya. Y sigues adelante, sin darle un minuto más de importancia a lo que hiciste.

Cuando una historia te hace sentir que va más allá.

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