domingo, 6 de junio de 2010

Por ti, por mí, por nosotros.


¿Cuántos kilómetros separan tus manos de las mías?

Tantos momentos a tu lado, que ahora recuerdo una y otra vez para poder estar un poquito más cerca de ti. Besos, caricias y palabras mezclandose en mi cabeza. Recorrería todo un mundo a tu lado y ahora sólo puedo ansiar tu llegada.

Miedos y dudas. Sin remedio, sin final. Una fortaleza de cristal para guardar tu amor. Para guardar el mío. Para creerte y confiar.

Permitirnos soñar juntos en la distancia, creernos nuestras historias y hacerlas vívidas y únicas. Miles de llamadas para añorarnos un poco más. Para darle fuerzas a nuestros sentimientos, y llenar silencios de risas y anécdotas estúpidas.

Nadie sabría cómo valorar mis palabras, nadie sabría describirlo ni contarlo. Nadie podría sentir algo así. Porque es único. Porque cada segundo es distinto y etéreo.

Mi piel sufre tu ausencia y llora tu distancia. Mis ojos buscan tu mirada sin un sentido explícito. Y estas en todas partes y a la vez en ninguna.

Un mar de emociones que envuelve mis sentidos y los hace menos útiles. Que razona mis acciones buscando una simple solución, inventada quizás. Mi sonrisa se pierde con tus ojos en el dulce caminar de tus pasos. Y volverás. Y aquí estaré yo. Y retomaremos nuestra historia en el mismo punto dónde quisimos reconstruirla para hacerla mejor y más hermosa.

Sí, te echo de menos.

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