viernes, 10 de septiembre de 2010

Ilusión desperdigada...

Y el sabor de unos labios, que a mis ojos es dulce. El tronar de un sentimiento haciendo cabida a la incertidumbre, enloqueciendo a los sentidos. ¿Dónde estará el porqué que la razón desconoce, dónde volaran los sueños ya soñados?. Y entre nosotros, ¿dónde estará la diferencia?. No hay lugar para la desolación en tierra de enamorados, no hay lugar para la desesperanza. Entonces... ¿por qué cuando no estas es cuando puedo apreciar la inmensidad de mi amor?


Más pasos a tientas que estrellas en el cielo. Y puedo cerrar los ojos si me guían tus manos, y puedo olvidar el ayer si me ahogo en tu abrazo. Y tanto no es suficiente, ni nada nunca lo será. Quién soy yo para juzgar al destino, para inventar dudas insignificantes. Y sólo hay una verdad más cierta que todas las demás verdades, y es que me tiembla el pulso al escuchar tu nombre...

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