Todos los septiembres, todos, todos, me pregunto cuánto cambié. Me pregunto... cómo llegué hasta aquí. Cuántos besos me robaron, cuántas lágrimas se escaparon de mi almohada, cuántas locuras hice y cuántas me quedé con las ganas de hacer, cuántas cosas cambiaron. Y siempre son muchas, siempre son todas las que juré que serían así. Destino, tú te apropiaste de mis palabras y las rompiste en pedazos. ¿Y qué hice yo, o qué hicimos nosotros para acabar así?
Será que las promesas sólo están hechas para romperse. O tal vez, será que ésta es una de esas veces que hay que aprender algo, eso que después hará de ti alguien mejor. Pero yo, francamente, prefería seguir siendo una loca adolescente.
Cuántos septiembres nos quedan para lamentarnos...
Hermoso, cuantas cosas hemos hecho por amor, cuantos instantes buenos y malos. LLanto y risas. Alegrias, decepciones. Beoso apasionados y traiciones pero de algo que no me lamento es de vivirlo y como vos decís francamente prefiero seguir siendo un adolecente!!!
ResponderEliminarMe encanto, gracias por pasar por mi blog y regalarme tus bellos comentarios.
http://el-ser-bohemio.blogspot.com
Pues sí, prefiero estar loca y decir lo que siento!
ResponderEliminarGracias a ti por los tuyos! ^^