martes, 10 de agosto de 2010

Todo por un sueño.


Una razón, un sentimiento, una ilusión, un sueño. Hay cosas que, simplemente, no tienen nombre. Cosas que te hacen ser lo que eres, cosas por lo que lo darías todo. Algo por lo que luchar y sentirte más fuerte, más persona, más tú. Cosas que te hacen expresarte como no lo has hecho nunca, que consiguen que pongas todo lo que quieres decir en sólo unos latidos. Todo lo que eres y lo que quieres ser, tus miedos, tus ilusiones, tus sueños, todo, lo vislumbras tras un espejo con la música a todo volumen. Es la pasión, es el deseo, es lo que te hace darlo todo, una y otra vez, lo que te hace levantarte cuando estas en el suelo, y lo que te empuja a la cumbre más alta. Eres tú, viviendo lo que quieres vivir, y sintiéndolo; y eres único. Y estas aquí y ahora, y estas en todas partes. Buscas una meta, aún sabiendo que el camino es mucho más que un simple final, y buscas muchas metas más, y vas a por todas sin dar explicaciones, ya que no son necesarias. Y sólo los que estan ahí, y sólo los que viven el mismo sueño serían capaces de entender una ínfima parte de lo que sientes, y sólo ellos podrían llegar a comprenderte. Y mientras tú lo disfrutas cómo nadie, cómo sólo tú podrías hacerlo, mirando cómo sólo tus ojos podrían mirar, bailando cómo sólo tú podrías bailar.
Y aprender que la vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia.


Algo tan inevitable, cómo dejarlo pasar.
Danza.

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