jueves, 14 de octubre de 2010

Qué fácil que es dejarse llevar.

Hace frío. Y nubes, muchas nubes. Dame la mano, y aprieta fuerte. Déjame sentirte, déjame ser tuya y hacerte mío. Perderme en el secreto que esconden tus ojos, rozar la lujuria que guardan tus labios. Bésame. 
Las estrellas nos lo prometieron, tal vez sólo a mí, pero tus brazos tienen la forma de mi cuerpo, y mis manos encajan con las tuyas. Suspiro. 
Dulce miedo, que atenaza mis mejillas pero no detiene mis ganas. ¿Y qué importará lo demás cuando te acercas, y qué podría romper el encanto? 
Dame uno desos, con sabor a eternidad.


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