Hoy me apetece besarte, besarte mucho, y... lo hago. Y es tan sencillo que , casi sin querer, se me escapa una sonrisa. ¿Cómo puede ser que aún no me lo crea, que no me acostumbre a ti, que me tiemblen los labios igual que el primer día? Cierro los ojos. Fuerte, muy fuerte. Y... estas ahí.